lunes, 5 de junio de 2017

MI COMPAÑERO DE MILES DE AVENTURAS, HABLANDO METAFÓRICAMENTE EN NUESTRO MUNDO LABORAL, ANTONIO INDIANO BARRAGÁN, LLEGABA SU HORA DE JUBILARSE Y ¿QUÉ MEJOR REGALO PODRÍA HACERLE? PUES UNA ELABORACIÓN CON SENTIMIENTO Y CARIÑO HACIA MARIBEL, SU ESPOSA Y PARA MI "PADRE POLÍTICO".

Desde que entré a pertenecer a esta familia socialista, de la que me siento parte integrante, mayormente por lo que he batallado por ella y por mi sentir socialista, desde entonces, conocí en las primera fechas a Antonio Indiano Barragán, compañero que era de la Agrupación de Villafranca de los Barros, donde vivió, habiendo nacido en Valencia del Ventoso y militar por último, en la Agrupación de Mérida y Arroyo de San Serván.

Cuando por primera vez que lo vi, me pareció una persona muy nervioso, activo al 200% y como que, no sé, como que había que tener cuidado de cómo acercarte a él. Pues craso error mío, nada de ello, fue, es y será, un gran tipo y amigo de sus amigos, eso si, cuando quieras algo de él o que te ayude, VE DE CARA Y POR DERECHO, como lo hagas con susterfujios y corre ve y diles, a la primera de cambio, MÍNIMO "A TOMAR por donde amargan los pepines", lo pondré así por el horario infantil que si no, pongo CULO y toooo's lo entendemos.

¿Qué podía regalarle a mi querido amigo? ¿Cómo podría sorprenderle? ¿Cuáles sus preferencias? Bueno, pues además de ser culé, que por supuesto, mientras pueda, me niego utilizar dichos colores con mis manos, todo sea que sea una petición muy especial y tenga que hacerlo, pero no era el caso.

Militante de la vieja guardia, de los del principio, de los marxistas, de los de Pablo Iglesia y de abuelo Ramón Rubial, así qué mejor que algo relacionado con esas ideas y esos colores. Como eramos, ciento y la madre, pues tenía que hacer varias, tres en concreto, elaboraciones para que todos y cada uno de todos los que ibamos a particiar en su comida homenaje, pudieramos degustarla y ¿qué mejor que la república, el principio del Partido y el propio Grupo Parlamentario? Pues mano a la obra que me puse a diseñarla y en ella, casi una semana entera que me chupe de varias horas al día, pero merecería la pena, me decía yo mismo cada vez que me dolían los ojos o que lo que quería hacer, como que se me resistía.

Mi mayor alegría fue cuando Indi, como cariñosamente le decimos, al verlas se quedó boquiabierto y al soplarle alguien que, era yo quién las había hecho, pues como que no se lo creía y el abrazo que él me dio, ya con eso, me sentí alagado y agradecido por los años vividos junto a él, codo con codo y papeles con papeles.

Ya veréis en las imágenes, cómo fue todo.

GRACIAS ANTONIO INDIANO BARRAGÁN, por dejarme compartir experiencia y aprender del mejor "maestro" que se puede haber tenido por una persona como yo.

GRACIAS DE NUEVO.





























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