Serían las 13:00, má o meno, del pasado lunes 25 de enero, cuando recibo una llamada de una compañera mía, tita a su vez, de un sobrino que cumplia años el domingo 31 de enero, perooooooooooooo, que había que entregara el viernes 29 de enero, osease, prrrrrrrrummmmmmmmmmm tachannnnnnn, doble salto mortal con tirabuzones de la escala del 1/15. La cara que MESE quedó, os podeis imaginaros, pero ahí no acababa la cosa, tenía que ser de SPIDERMAN, si si, del tío que se desplaza por doquier con solo una tela de araña, no sé si será la que 4, 9 o 20 elefantes se columpiaban en la tela de una araña ¿os suena esa canción ehhhhhh? Comenzabamos con 1 elefante y hasta que el niño supiera contar, iba añadiendo otro y otro y otro elefante.
Le dije a la compi, que me dejara pensarlo, eran muy pocos días y siempre lo mismo, solo por las tardes y cuando pudiese por la tarde, ya que tambien tenía reuniones varias. Tras meditarlo con la siesta de la parte izquierda de la cabeza apoyá en el brazo izquierdo sobre el brazo izquierdo del sillón de mi salón, que además, ese día, al igual que los otros, no estaba arropao con la mantita que tengo del Real Madrid, no sé, debió pasarseme utilizarla. El caso es que, una vez despierto, decidí que SI se la haría y manos a la obra, perdón, a la masa que comencé el miércoles, ya que tenia reunión el martes.
Eran las 00:30 horas del viernes 29, cuando la terminé, comenzando la elaboración a las 17:30 del jueves 28. Casi es lo normal en mi, ya que, aunque la tengo ideada y programada en mi cabeza con días de antelación y alguna que otras noches y levantandome por las madrugadas a plasmarla en alguna libreta o mismamente, elaborar, porque mi problema es que, más y más me voy exigiendo y añadiendo a la idea primaria y el resultado final, no tiene nada que ver con la idea inicial.
Esta vez, también, ha habido un elemento nuevo que he integrado, la base sobre la que la propia tarta iba insertada era de cristal. Mi compañero Poli Martínez, me ha regalado tres modelos diferentes en cristal, varias piezas de cada una de ellas, que él tenía el cristal y un amigo/compañero suyo, cristalero de oficio, se ha encargado de cortarlos, pulirles los cantos y por indicación mía, colocarles unas patitas de cristal también. Las bases son redondas, cuadradas y rectángulares, han quedado geniales y finas, aunque no dejaré de utilizar las que normamente utilizo en cerámica, suelos de toda la vida.
Sin más rollo que el habitual me enrollo, ahí os dejo ya las imágenes de la elaboración, resultado final y momento de su degustación y jartera.
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